

¿Y quién es la culpable de todo esto? La hormona del embarazo, que es producida primero por el embrión y luego por la placenta y es una de las responsables de las transformaciones que experimenta tu cuerpo cuando eres madre.

Aquí tienes unos pequeños trucos, centrados en tu día a día y en tu alimentación, para aliviar las molestias causadas por las náuseas:
- Evita empacharte durante las comidas. Es mejor reducir la cantidad y repartir los alimentos en pequeñas dosis a lo largo de todo el día.
- Para las náuseas matutinas, ten algo siempre a mano en la mesita de noche para hacer un pre-desayuno con el fin de estimular los jugos gástricos. ¡No tengas prisa en levantarte! Quédate acostada un ratito más hasta que tu cuerpo haya asimilado la comida.
- Evita los alimentos grasos o con alto aporte calórico.
- Todo lo que produce nauseas, ¡intenta quitarlo de tu camino! (olores fuertes, calor, polvo, lugares donde venden comida y se mezclan los olores, etc.).
- No hagas movimientos bruscos y al levantarte hazlo despacio y sin prisas.
- Bebe líquidos a pequeños intervalos, ¡te ayudará con la acidez y las náuseas!
Por lo tanto, independientemente de que hayas cuidado siempre tu alimentación con una dieta sana o nunca hayas tenido demasiado cuidado con la comida, tu nueva situación como futura mamá debe marcar un antes y un después en tus hábitos alimenticios.
Esto, no sólo te ayudará a frenar las temidas náuseas propias de las primeras semanas de embarazo, sino en general, a llenar tu cuerpo de los nutrientes necesarios para preparar tu cuerpo durante la gestación y ayudar a tu futuro pequeño a crecer sano y fuerte.

